March 29, 2024

Artículo de: truthquestions.org.uk (preguntasdelaverdad): ¿Por qué hay tantos problemas en el mundo? ¿Cuál es el verdadero problema?

¿Ustedes han leído el último artículo en TruthQuestions.org.uk intitulado “¿Por qué hay tantos problemas en el mundo?”? Especialmente en estos últimos tiempos en que están sucediendo tantas cosas, en todos los continentes, uno no puede evitar preguntarse: ¿Por qué? ¿Por qué tantas guerras, situaciones inestables, desastres naturales, etc? ¿Por qué hay tanta gente mala haciendo tantas cosas malas y al final se salen con la suya? Lean el artículo a continuación donde se responde a ¿Por qué hay tantos problemas en el mundo? (pdf) [read this portion online in English also via, via truthquestions.org.uk: Why Are There So Many Problems in the World? What is the REAL PROBLEM?]

Hechos recientes hacen que le prestemos atención a la actual situación mundial. Ha habido terremotos en Japón, Nueva Zelanda y Haití, con miles de víctimas mortales y damnificados. La situación política en el medio oriente es incierta e inestable. La prensa está llena de malas noticias y las prisiones están repletas de criminales. La sociedad está corrupta; las personas están sufriendo de enfermedades y pobreza. Nos encontramos en medio de drásticos altibajos económicos y las personas inteligentes tratan de hacer frente a estos problemas pero dondequiera vemos que los problemas se multiplican. ¿Por qué hay tantos problemas en el mundo y cuál es la solución a estos problemas?

Este es seguramente un gran tema que preocupa a muchos. Primeramente hemos de darnos cuenta que la verdadera raíz de todos los problemas es que Satanás se rebeló en contra de Dios (Ez 28:12-17) y engañó al hombre para que ese pecado se introdujera en la raza humana mediante Adán (Ro 5:12). Así como nosotros heredamos los genes de nuestros padres, los genes de Adán han sido trasmitido por todas las generaciones (Ro 3:23, 1R 8:46) y del pecado viene la muerte (1Co 15:22). Ahora todo el mundo yace en el maligno (1Jn 5:19) y es manipulado y pervertido por él. Dios ama al hombre, pero Satanás lo odia al máximo y ha traído aflicciones en forma de guerras, desastres naturales, calamidades con intervención humana y todo tipo de enfermedades al mundo (Ap 12:12).

Sin embargo tenemos buenas noticias. Dios ya ha preparado la solución a todos esos problemas. Esta solución es Cristo en Sus dos venidas. Dios envió a Su Hijo Jesucristo para ser el Salvador del mundo (1Jn 4.14). En la cruz Cristo solucionó nuestro pecado interior, el gen del pecado, cuando Él se hizo pecado por nosotros y condenó al pecado en la carne; y también solucionó nuestros pecados externos al llevarlos Él, en lugar nuestro, para satisfacer los requisitos justos de Dios (Ro 8:3-4). Por esto, hoy podemos recibir una vida nueva, para ser regenerados, es decir, para recibir los genes de Dios (1P 1:3).

Cristo dio solución al asunto del pecado en Su primera venida; no obstante, en ese momento Él no tocó ninguna cuestión social, política o medioambiental. Pudo haber sido una gran sorpresa que Él no se proclamara rey ni tratara de derrotar a los romanos, aunque tenía poder para hacer esto (Jn 6:15), lo cual nos muestra que Su propósito era salvar al hombre. Cuando un hombre es salvo en Cristo, muchos problemas son resueltos espontáneamente (Ro 5:10). En Cristo no hay distinción de clases ni discriminación de razas (Col 3.11).

Aunque todavía vemos al pecado causando problemas en el mundo, esto no significa que Dios es ajeno a ello o que nosotros debamos tomar la iniciativa por nosotros mismos de ponerle fin. Los problemas de este mundo serán completamente resueltos en la segunda venida de Cristo. El libro de Isaías nos dice que cuando Él venga resolverá la injusticia, las guerras y la enfermedad. En los cielos nuevos y la nueva tierra no habrá muerte, lágrimas, pena, llanto, dolor ni sufrimiento (Ap 21:4; 7:16-171 Co15:54). Toda nuestra esperanza descansa en la venida de nuestro Señor. Cuando Él venga todos los problemas serán resueltos. En lugar de concentrarnos en los problemas hoy, debemos volver nuestros ojos a Jesús (Hebr 12:2). Él ya se ha ocupado del asunto del pecado y hoy podemos recibirlo como nuestro Salvador y nuestra vida nueva. Para hacer esto, sólo abra su corazón al Señor y ore:

“Señor Jesucristo,
Necesito que resuelvas todos mis problemas.
Gracias por morir para salvarme.
Me abro para recibirte como mi vida nueva.
¡Señor Jesús, ven pronto!”

Los invitamos a contactarnos para participar en otras comuniones acerca del tema aquí tratado u otros asuntos relacionados con la verdad.