April 20, 2024

Aunque nos encontramos en la posicion para beber del Espiritu, necesitamos tener sed de Dios para beber de El

Muchas veces asumimos que Dios quiere que nosotros hagamos para Él algunas cosas muy complicadas y difíciles. Esto nos lleva a sentirnos sin fuerzas y desanimarnos. Intentamos “expresar a Dios en todo lo que Él es” por nosotros y en nosotros mismos y vemos que es imposible e inalcanzable. Sin embargo, Dios tiene una manera para llevar a cabo Su propósito y éste es claramente tener una expresión en esta tierra a través de nosotros, Su Cuerpo. De cierto modo esto algo simple: solamente necesitamos comer y beber a Cristo para recibir el suministro del Dios Triuno procesado y consumado. Entonces, Su misma expresión brotará espontáneamente de nosotros; es decir, estaremos expresando a Dios y seremos nosotros Su expresión. Esto es grandioso, pero no ocurre por nosotros mismos por mucho que luchemos o tratemos, sino que al alimentarnos del Señor de manera continua es que Él puede lograr Su propósito en nosotros Y… ¡somos felices (como El es feliz en nosotros)! Todo esto comienza cuando estamos en la posición correcta, tal como dice 1Co 12:13,

Porque en un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un solo Cuerpo, sean judíos o griegos, sean esclavos o libres; y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu.

“¡Antes lejos de Dios y muerto en mi pecar –mis ojos sólo veían oscuridad!”. Sin embargo ahora Dios nos ha traído a Él mediante la muerte de Su Hijo. Después de ser bautizados en* El nos encontramos en la posición correcta para beber de Él como el Espíritu, Quien es el agua viva. ¡Aleluya, hemos sido traídos de vuelta a Dios! Hemos regresado a Él para beberle continuamente como el agua viva. Esto es muy importante. Ahora nos encontramos en otra realidad, con otro gusto y otra sed. Ahora estamos frente a la corriente de vida, el rio de agua de vida que fluye, para que podamos beber.

Ahora, aunque estemos en la posición adecuada para beber, no beberemos si no estamos sedientos. Tal como ocurre en la esfera humana, donde bebemos luego de sentirnos sedientos (nunca antes) así pasa en la realidad espiritual. Anteriormente nosotros sentimos necesidad de muchas otras cosas: Personas, lugares, relaciones, posesiones, etc. Pero después de probar a Dios, nuestro gusto ciertamente ha cambiado y hay en nosotros una sed de Dios que va en aumento. Cuando estamos un tiempo sin sentir sed de Dios debemos estar alertas ya que eso no es normal. Si no oramos o invocamos el nombre del Señor por un determinado espacio de tiempo o si estamos un día completo sin contactar al Señor de alguna manera, debemos preocuparnos. En realidad, necesitamos venir al Señor y pedirle que nos dé sed de Él. “¡Señor, remplaza la sed que tenemos por cualquier otra cosa, por una sed de Ti que sea verdadera, genuina y fuerte!”

Estamos sedientos por el Señor debido a Su misericordia por nosotros. Tantos millones de cristianos no sienten ningún deseo por Dios y no están nada sedientos de Él, pero cuando disfrutamos al Señor, vemos y gustamos cuán bueno es Él, desarrollamos un gusto por Él y llegamos a estar sedientos de Él. Esta sed en nosotros nos motiva a orar y contactar al Señor. A lo largo del día, sentimos dentro de nosotros muy vivamente que por dentro tenemos sed de Dios, a pesar de tener que hacer muchas cosas por fuera. Esto hace que queramos beber de Él como el agua viva aun más. Muchos de nosotros podemos testificar que hemos sentido esto. Espontáneamente durante el día le decimos al Señor: “¡Señor Jesús, tengo sed de Ti y anhelo tocarte y tener contacto contigo! Si sentimos que nuestra sed no es la adecuada, que no deseamos bastante al Señor, podemos decirle: ¡Señor, aumenta la sed en mi interior! Haz que esté más sediento de Ti. Señor ¿Por qué es pequeña mi sed de Ti? [Disfrute del Estudio-vida de Éxodo citado en el Avivamiento matutino sobre el Estudio de cristalización de Isaías (1) – read this portion in English also via although we have been positioned to drink of the Spirit, we need to be thirsty for God to drink of Him!]