April 24, 2024

disfrutando al Señor, que es rico, fluyendo como el Espíritu en nosotros al invocar el nombre del Señor

Como creyentes en el Señor, somos parte del Cuerpo orgánico y universal de Cristo. ¡Somos miembros del Cuerpo! De muchas maneras, podemos entender la forma en que el Cuerpo opera al mirar a nuestro cuerpo físico y la cosa más tremenda de nuestro cuerpo humano es que la sangre, la circulación de nuestra sangre, mantiene nuestro cuerpo vivo. Si nuestra sangre se detuviera, si la circulación de ésta se parara, nuestro cuerpo sería cadáver. Moriríamos. De la misma forma, en el Cuerpo de Cristo tenemos “circulación sanguínea”, la cual es la comunión del Espíritu. ¡Ésta mantiene el Cuerpo de Cristo vivo! La comunión en el Cuerpo de Cristo es la circulación del Espíritu. Hoy el Espíritu es “la sangre” en el Cuerpo de Cristo. La circulación de la sangre continuamente sustenta y cuida a todos y cada uno de los miembros del cuerpo y, si ésta es normal y estable, ¡nos mantienen saludables! Desde luego, necesitamos ejercitarnos cada día para cuidar nuestra circulación sanguínea. De la misma manera, en la realidad espiritual, ¡necesitamos ejercitar nuestro espíritu cada día para asegurarnos de tener un fluir continuo dentro de nosotros!

El espíritu, el cual es la circulación en el Cuerpo de Cristo es el espíritu compuesto y todo-inclusivo, no meramente el Espíritu de Dios, sino que está compuesto por todo el maravilloso proceso por el que pasó Cristo sobre la tierra: encarnación, vivir humano perfecto, crucifixión, resurrección y ascensión. El Espíritu que circula en el Cuerpo de Cristo y que disfrutamos al ejercitar nuestro espíritu [humano] es tan rico. ¡Es el Espíritu consumado; el Espíritu que ha sido compuesto y mezclado y el cual está siendo ahora impartido [a cada uno de nosotros]! Dentro del Espíritu se encuentra la Divinidad, la humanidad, la persona de Cristo, Su muerte todo-inclusiva y maravillosa, y Su resurrección que nos confiere poder. Por ello Pablo cie en Ro 10:12 que el Señor es rico para con todos los que le invocan. Siempre que invocamos el nombre del Señor, Él es tan rico para con nosotros. ¡Él fluye en nosotros con todo lo que Él es y nos suministra, nos fortalece y nos nutre!

Nosotros en realidad experimentamos diariamente el hecho de que mientras más invocamos el nombre del Señor en voz alta, ¡más liberado es nuestro espíritu y más somos sanados y fortalecidos! Esta es una manera excelente de “ejercitar nuestro espíritu”: ¡Invocar el nombre del Señor y disfrutar Sus riquezas! ¡Este invocar al Señor nos hará estar saludables, porque invocar de esta manera es ejercitarnos! En verdad no podemos disfrutar mucho al Señor si siempre estamos muy pasivos, callados interiormente y oramos con desgana. Muchas veces nos es necesario abrirnos paso con fuerza y salir decididamente de nosotros mismos y de otras muchas cosas y entonces ¡invocar el nombre del Señor! Cuando le invocamos:

¡Oh, Señor Jesús! ¡Señor Jesús! ¡Oh, Señor, amén, aleluya!

aunque sea por cinco o diez minutos, ¡el Señor será tan rico para con nosotros! ¡Él, como el Espíritu consumado fluirá hacia y en todo y definitivamente tendremos una buena circulación del Espíritu en nosotros! ¡Nuestra invocación del nombre del Señor hace que el Espíritu circule en nosotros y al fluir hacia nosotros, hasta cada parte de nuestro ser, Él también fluye desde nosotros hacia afuera para alcanzar a aquellos a nuestro alrededor! Este Espíritu compuesto, que contiene la divinidad del Señor, Su humanidad, Su muerte y resurrección, fluye a y en cada parte de nuestro ser. ¡Este fluir en nosotros nos trae a [estar dentro de] la realidad de la comunión del Cuerpo, que es la comunión del Espíritu! [Disfrute del Avivamiento Matutino “La comunión y la compenetración del Cuerpo de Cristo… ”; read this portion also via, enjoying the rich Lord flowing as the Spirit in us by calling on the Lord’s name]

¡Señor, mantennos invocando Tu nombre! ¡Sálvanos de invocar con desgano y de pensar en Ti! ¡Mantennos invocando hasta que fluyas dentro de nosotros! ¡Queremos ejercitar nuestro espíritu apropiadamente para estar dentro de este fluir del espíritu dentro del Cuerpo de Cristo! ¡Señor, cuánto necesitamos el alimento y el suministro del fluir del Espíritu! ¡Sálvanos de estar fuera de la circulación del Espíritu en el Cuerpo! ¡Que podamos ejercitar nuestro espíritu para invocar Tu nombre y disfrutar todas Tus riquezas!