April 19, 2024

¡La palabra está cerca de nosotros, está en nuestra boca y en nuestro corazón, Cristo como la Palabra viviente está tan disponible!

Anoche en nuestra reunión de hogar estuvimos disfrutando que el apóstol Pablo vio a Cristo en todas partes en el Antiguo Testamento. Incluso en Deuteronomio 30:12, donde hay una segunda presentación de la ley y esta pregunta: ¿Quién subirá por nosotros al cielo? ¡Inclusive aquí, Pablo vio a Cristo como la Palabra viviente de Dios! ¡Esto es lo que significa leer la Biblia con las gafas de la economía de Dios puestas y permanecer en la línea central de la Biblia! A continuación lo que Pablo dice en Ro 10:6-8:

Pero la justicia que procede de la fe habla así: No digas en tu corazón: ¿Quién subirá al cielo? (esto es, para traer abajo a Cristo); O, ¿quién descenderá al abismo? (esto es, para hacer subir a Cristo de entre los muertos). Pero ¿qué dice? Cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón. Esta es la palabra de fe que proclamamos.

Hoy esto es más vigente y aplicable todavía, ya que mediante la encarnación Cristo descendió desde los cielos y mediante la resurrección Él ascendió desde el abismo. En Su encarnación, Cristo como la Palabra introdujo al Dios infinito dentro del hombre finito. Él mezcló el Dios Triuno con el hombre tripartito, la divinidad con la humanidad, Dios con el hombre (Mt 1:20). Él fue hecho esta mezcla de Dios y el hombre para poder llevar a cabo una redención todo-inclusiva sobre la cruz y traernos de regreso a Dios (1P 3:18). Entonces, Él descendió a la muerte, al abismo, al Hades y tres días después, en Su resurrección, Él ascendió a los cielos, donde estaba primeramente. Ahora, todos aquellos que reciben a Cristo al creer son justificados por Dios y poseen la vida divina. No tiene sentido preguntar: ¿Quién ascenderá a los cielos? O ¿Quién descenderá al abismo? Porque Cristo, mediante la encarnación, el vivir humano, la resurrección y la ascensión hizo que nosotros pudiéramos participar de Él, estar en Él, identificados con Él y ser partes de Él. Él descendió y luego ascendió y ahora Él es el espíritu vivificante para cumplir cabalmente todos los requisitos de la justicia, la santidad y la gloria divinas. Es maravilloso que Cristo hoy sea el Espíritu vivificante (1Co 15:45), que está disponible, presto y accesible para que todo aquel que en Él crea, lo reciba. ¡Este Cristo se encuentra hoy en todas partes en esta tierra como el Espíritu, listo para que lo recibamos! ¡Todos los que lo reciban al creer en Él son justificados por Dios y reciben Su vida!

Además, Cristo es hoy la Palabra viviente de Dios que viene a nosotros en el Espíritu y como el Espíritu. Esto indica que este Cristo es “la Palabra cerca de ti en tu boca y en tu corazón. ¡Aleluya! ¡Cristo en resurrección, como el Espíritu vivificante, es la Palabra viva y viviente de Dios! En resurrección, Él es la Palabra y el Espíritu. ¡Él es el Espíritu para que nosotros podamos tocar y experimentar, y es la Palabra para que podamos entender y disfrutar! ¡Él está en realidad muy cerca de nosotros, en nuestra boca y en nuestro corazón! ¡Podemos invocar el nombre del Señor con nuestra boca y recibirlo como vida! ¡Podemos creer en el Señor con nuestro corazón y somos justificados! ¡Es maravilloso todo lo que Dios en Cristo como el Espíritu ha logrado y ha hecho para llegar a estar disponible, a mano y listo para que el hombre lo reciba y lo disfrute! ¡El Dios Triuno vino a ser el Espíritu (Aliento) vivificante, para que nosotros podamos respirarle, y es la Palabra para nosotros podamos hablarle! ¡Es asombroso! ¡Aquí no nos referimos a la mera letra escrita, sino a la palabra viviente y hablada, es decir, la misma Persona viviente de Cristo! ¡Por ello necesitamos leer la Palabra, disfrutar la Palabra, estar en la Palabra, vernos inmersos en la Palabra y ser completamente saturados con la Palabra para poder colaborar con el Señor al hablar la Palabra! ¡Alabamos al Señor pues cada vez que lo invocamos somos salvos; cuando creemos en Él, somos justificados; y cuando hablamos Su Palabra, somos salvos mucho más en Su vida! [Disfrute de La conclusión del Nuevo Testamento tal como se cita en Palabra santa para el avivamiento matutinoLa línea central de la Biblia. Read this portion in English also via, the word is near you, in your mouth and in your heart, Christ as the living Word is so available!]

¡Gracias Señor por Tu disponibilidad! ¡Podemos recibirte como el Espíritu! ¡Eres el aire espiritual para que Te respiremos! ¡No necesitamos HACER nada para mejorar o pretender ser mejores, sólo invocar Tu nombre! ¡Podemos decir “amén” a Tu Palabra! ¡Podemos orar Tu Palabra y recibir Tu Palabra para ser salvos de una manera práctica y real! ¡Señor, la Palabra está en nuestra boca y en nuestro corazón! ¡Esta es la Palabra de fe, que creemos y proclamamos!

5 thoughts on “¡La palabra está cerca de nosotros, está en nuestra boca y en nuestro corazón, Cristo como la Palabra viviente está tan disponible!

  1. Aleluya por la Palabra porque es una persona viviente y real, cuando la Palabra entra en nosotros, mora en nosotros y aniquila todo lo negativo en nosotros, nos da su suministro real y lo mas importante que trata con el pecado en nosotros. La palabra es la vida del Señor que se añade a nosotros, que nos lava de toda contaminacion del mundo, pero que tambien le resta fuerzas a la carne, cada vez que vamos a la Palabra lo primero es contactar al Señor en ella y tocarlo, pasar tiempo en ella es permitir que El se introduzca un poco mas en nuestro ser.. aleluya porque la palabra es una PERSONA.

  2. Como esta escrito en el evangelio de Juan ; En el principio era el verbo, el verbo era con Dios, y el verbo era Dios! Asi es el señor Jesus es el verbo(palabra activa ,en movimiento) que viene a transformarnos, a prepaararnos cada dia para estar con Dios por la eternidad!

  3. “¡OH!!”, SENOR JESUS, AMEN, ALELUYA. SENOR JESUS, TE ALABAMOS Y TE DAMOS LOOR POR LLEGAR A SER EL ESPIRITU VIVIFICANTE, TODO-INCLUSIVO Y CONSUMADO, QUIEN COMO EL VERBO Y EL PNEUMA, CONTIENES EL ELEMENTO DIVINO SANTIFICADOR, Y TIENES EL PODER PARA SALVARNOS ORGANICAMENTE Y SANTIFICARNOS HASTA LO SUMO; CUYO UNICO FIN ES LA EDIFICACION DE LA IGLESIA, EL CUERPO DE CRISTO.

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