Cristo es la Palabra de Dios y el hablar de Dios. La Palabra se encarnó para ser un hombre. ¡Esto significa que el hablar de Dios estaba en un hombre! Dios fue expresado, explicado, definido y hecho real para el hombre mediante el Señor Jesucristo. El hombre Jesús es la Palabra de Dios, el hablar de Dios. ¡El expresó a Dios mediante Su vida, Su obra, Su hablar y todo lo que era y hacía! Dios mismo era Su hablar, mediante palabras y obras. Cristo expresó a Dios y habló Dios mediante palabras y acciones. Algunas veces habló con palabras y expresó, definió y explicó a Dios. En otras ocasiones habló con Sus acciones, Sus hechos y Sus logros. ¡Dios mismo como la Palabra de Dios, como Dios expresado y definido estaba en un “tabernáculo humano” viviendo entre los hombres! “La Palabra se hizo carne y tabernaculizó entre nosotros” (Juan 1:14) para expresar a Dios, explicar a Dios y aún definir a Dios de muchas maneras prácticas. Realmente me encanta esta cita de The Conclusion of the New Testament (men. 22):
En el Antiguo Testamento Dios habló en los profetas mediante hombres movidos por el Espíritu Santo (He 1:1; 2Pe 1:21). En el Nuevo Testamento Él habla en el Hijo, que es Dios expresado (He 1:2-3). Dios el Padre está escondido; Dios el hijo está expresado. Nadie nunca ha visto a Dios pero el Hijo como la Palabra de Dios, como el hablar de Dios lo ha dado a conocer y lo ha expresado. Mientras Dios habló mediante los profetas en el Antiguo Testamento, Él no fue expresado, pero en el Nuevo Testamento Dios habla en el Hijo que Sí lo expresa. Anteriormente Dios habló mediante los profetas de manera indirecta, sin embargo ahora habla directamente en el Hijo. El Hijo es la expresión del Padre.
Esto es lo que Juan 1:18 dice: “A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, Él le ha dado a conocer.” Agradecemos al Señor por Cristo como el segundo de la Trinidad Divina que viene a nosotros como la Palabra de Dios encarnada para expresar a Dios, explicar a Dios y definir a Dios para nosotros. ¡Cristo es el Unigénito amado de Dios, que vino como la Palabra de Dios para expresar a Dios! Como se revela en el primer capítulo del evangelio de Juan, Cristo como el Unigénito del Padre, lo expresó mediante la Palabra (Jn 1:1), la vida, la luz (Jn 1:4), gracia y realidad (Jn 1.14). ¡La Palabra es Dios expresado; la vida es Dios impartido; la luz es Dios brillando; la gracia es Dios disfrutado, y la realidad es Dios hecho real para nosotros! ¡Dios mismo es la esencia de todos estos asuntos! Qué maravilloso es que Dios se hiciera hombre y este hombre es la Palabra de Dios y la luz de la vida. También es Aquel que trae la vida divina al mundo al ser el Dios que resplandece para que el hombre pueda nacer de Dios y llegar a ser hijo, y el hombre pueda llegar a ser Dios en vida y naturaleza pero no en la Deidad. Somos regenerados mediante la Palabra de Dios, crecemos en vida al beber la leche de la Palabra (1P 2:2) y conocemos a Dios al venir a la Palabra de Dios. ¡Alabado sea el Señor por Cristo como la Palabra de Dios! [[Compartir de la reciente Palabra santa para el avivamiento matutino, La línea central de la Biblia. Read this portion in English also via Christ as the incarnated Word of God fully explained God, defined God, and expressed God!]
¡Señor, decimos amén a Tu Palabra! ¡Te amamos como la Palabra de Dios! ¡Eres la definición, la expresión y la explicación de Dios! ¡Gracias por venir a nosotros como la Palabra de Dios para traer a Dios a nosotros! ¡Gracias por Tu hablar, Señor! ¡Continúa hablándonos! ¡Continúa explicándonos a Dios, definiéndonos a Dios y expresando a Dios a nosotros! ¡Queremos recibirte en Tu Palabra y crecer en vida cada día! ¡Señor, Te amamos como la Palabra de Dios!
¡Aleluya! Dios es conocido, definido y explicado en Cristo. El Señor es la expresión práctica, la manifestación tangible y la presentación plena del Padre. ¡Esto es maravilloso!
¡Queremos recibirte, tocarte, experimentarte y conocerte cada día! ¡Es maravilloso que cada día seas nuevo y fresco para nosotros y que nuestro acceso al Padre sea real y práctico cada día! ¡Sigue hablándonos, Señor! ¡Nos abrimos a Ti! ¡Amén!