A los ojos de Dios, Cristo es el Hijo amado. ¡Cristo es Su tesoro; a Cristo lo entrega todo y Cristo es Su favorito! Según Col 1:15, Cristo es el primogénito de toda la creación: Él es el primero en la vieja creación y en Col 1:18 dice:
Y Él es la cabeza del Cuerpo que es la iglesia; Él es el principio, el primogénito de entre los muertos, para que en todo Él tenga la preeminencia.
En la economía divina, Cristo tiene la preeminencia en todas las cosas. ¡Él es preeminente en la primera creación (la vieja creación) y en la nueva creación! La nueva creación fue hecha a través de la resurrección de Cristo de los muertos. ¡En la nueva creación Cristo tiene el primer lugar! ¡Él es el primero en la resurrección y Dios quiere que Él tenga la preeminencia en la Nueva creación! Por un lado, Cristo es el primero (preeminente) en la vieja creación, como el ámbito en el cual existimos. Por otro lado, Cristo es el primero (preeminente) en la nueva creación, en la iglesia, en Su Cuerpo, donde Él es la Cabeza sobre todas las cosas. ¡Maravilloso! ¡Necesitamos ver que en la economía de Dios, Cristo ocupa el primer lugar en la vieja y en la nueva creación! ¡Él es el primero en ambas creaciones! ¡Cuando recibimos esto como una VISIÓN, nuestra vida cristiana completa se revolucionará! ¡Aprenderemos a darle a Cristo la preeminencia en todas las cosas! ¡Él tiene que ser el primero en todas las cosas relacionadas con nosotros!
En realidad, ser el primero en algo significa ser todo. Cristo es el primero en la vieja creación. Él es todo en la vieja creación. ¡Él está en todos! Él es la realidad de todas las cosas positivas en la vieja creación. También en la iglesia Cristo es el todo y en todos. Él es todos y en todos en el nuevo hombre (Col 3:11). Así como el primer Adán incluyó a todos en la humanidad y cuando Adán cayó, toda la humanidad cayó, de este mismo modo Cristo incluye a todo y a todos en ambas creaciones, la nueva y la vieja. ¡Él es todo en el universo y en la vieja creación! ¡Qué gran Cristo tenemos! ¡Él llena los cielos y la tierra, Él es todo en el universo, Él es el deseo del corazón de Dios y es todos y en todos en la nueva creación! ¡Él es tan rico y tan inagotable! ¡Él lo llena todo y en todos! ¡Él es tan grande que el universo completo necesita contenerlo a Él! ¡Él es el primero en ambas creaciones! ¡Aleluya, Cristo es el primero; Cristo es todo!
Pero ¿qué tiene que ver esto con nosotros? ¿Y qué hay de nuestro “universo personal”? ¿Cristo es lo primero en nuestro ser, en nuestra vida, en nuestro lugar, planes, proyectos y circunstancias; en todo lo que somos, hacemos y hablamos? En Su economía, Dios administra el universo para cumplir Su propósito, que consiste en hacer que Cristo sea preeminente. ¡Él desea que Cristo sea lo primero, lo más preeminente (lo primero de manera enfática), incluso la Cabeza sobre todas las cosas! Nosotros como Su pueblo necesitamos tomar la delantera / iniciativa en tomar a Cristo como nuestra Cabeza, dándole a Él la preeminencia, y entronizándolo en nuestra vida. Esto es especialmente cierto en relación con nuestro universo personal, que incluye nuestro ser, nuestra familia, nuestro trabajo, nuestra escuela, nuestra universidad, la vida de iglesia, los sitios en los que pasamos algún tiempo y todo lo que guarde alguna relación con nosotros. ¡Cristo tiene que tener el primer lugar en todas las cosas, pero hemos de procurar y hacer esto real primero en nosotros! En nuestro universo pasan muchas cosas cada día con el propósito de hacer que Cristo sea lo primero. ¡Sólo necesitamos colaborar con el Señor y permitirle ser Lo primero y El primero en todas las cosas que tienen que ver con nosotros! [Disfrute de La conclusión del Nuevo Testamento, mensaje 24, por el hermano Witness Lee]. Read this article also in English via, God desires that Christ might have the first place, the preeminence, in all things.
¡Señor, ocupa el primer lugar en nosotros! ¡Eres el deseo del corazón de Dios y eres el primero en ambas creaciones! Señor, ¡¿y qué de nuestro universo personal?! ¡¿Y de todas las cosas y todas las personas que tienen relación con nosotros; todo lo que tenemos y hacemos, y nuestra familia y vida de iglesia?! ¡Señor, te damos la preeminencia en todos y cada uno de los asuntos, en todas y cada una de nuestras situaciones, en todas y cada una de nuestras relaciones, y en todas nuestras cosas! ¡En todo, querido Señor, tienes que abrirte camino y llegar a ser lo primero! ¡Que nada pueda sustituirte como Aquel que es preeminente en nosotros!
Señor Jesucristo, te confieso que no sé nada. Me someto a Ti. Sé mi maestro. Moldea este barro que Tú mismo has creado. Enséñame a darte la preeminencia en todo. Tú conoces mi necesidad y cuánto te amo. Enséñame a no esperar nada que no provenga de Ti. Gracias por ser la realidad de todas las cosas positivas, el todo y en todo. Tú eres nuestra Cabeza. Síguenos encabezando, Señor Jesús. ¡Oh señor Jesús! Tú eres el único gran Pastor capaz de consolar a Tu rebaño y guiarlo por aguas tranquilas. Vemos Tu voluntad, Tu gracia, Tu infinita misericordia y bendiciones. Cuánto amor nos tienes, Señor. No dejes de darnos más situaciones a fin de que Tú seas forjado en mí. Sigue exhortándonos. Tu exhortación es amor, consuelo y cuidado tierno. Oh señor Jesús, que Tu Espíritu nos llene hasta rebosar de ti. Guárdanos en Ti. Guíanos en ti. Sé Tú nuestra satisfacción. Enséñanos a ver con tus ojos; desear lo que Tú deseas. Sigue avivando y abanicando nuestro espíritu. Gracias por Tu plan eterno, Tu economía divina…. (hermana DC. México)
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EL SECRETO DE UNA VIDA FRUCTÍFERA ES RECONOCER A JESUCRISTO EN TODOS NUESTROS CAMINOS, DARSE CUENTA, SER CONSCIENTES, QUERER, DESEAR QUE EL SEA EN NOSOTROS EL QUE HAGA Y DESHAGA, PERMANECIENDO EN SU VOLUNTAD DIRECTIVA Y NO EN SU VOLUNTAD PERMISIVA.