¡Qué maravilloso – Dios está glorificado en Su iglesia, y la iglesia es la casa de Su gloria! ¡Al estar en nosotros como el Espíritu y la palabra, Cristo es nuestra gloria, nuestra verdadera belleza y esplendor! ¡Cuando entramos en la Palabra de Dios, según dice Ef 5:26-27, estamos siendo purificados, limpiados y lavados para llegar a ser gloriosos! ¡La Palabra de Dios es una Palabra glorificadora – que elimina las manchas y las arrugas – para que nosotros, como la iglesia, seamos santos y sin defecto! ¡Mientras más permanezcamos abiertos al Señor para que Él se imparta de manera continua en nosotros – más será Cristo vida y todo para nosotros por Su impartir a/en nosotros – entonces más gloriosos, embellecidos y lozanos seremos! En realidad Cristo se convierte en nuestra gloria y nuestra belleza – nuestra gloria y nuestra belleza son exactamente Él viviendo en nosotros. Al tener en nuestro interior a Cristo como vida, nosotros somos la gloria de Dios y Su belleza – ¡Dios llega a ser nuestra gloria para que nosotros lleguemos a ser la gloria de Dios! ¡De esta manera, Dios y Su pueblo escogido son glorificados mutuamente! Esto es lo que dice en Isaías 60:21:
Y tu pueblo, todos ellos serán justos, para siempre heredarán la tierra; renuevos de mi plantío, obra de mis manos, para glorificarme.
¡Esto es el Cuerpo de Cristo hoy – en la constitución corporativa del Cuerpo de Cristo (el cual se compone de millones de miembros edificados juntos y funcionando en armonía) hay mucha gloria, excelencia, belleza y virtud! Sólo imaginemos lo siguiente: Millones de miembros del Cuerpo de Cristo – millones de creyentes juntamente edificados – han sido juntamente constituidos y estructurados hasta llegar efectivamente a ser miembros los unos de los otros. ¡En la unicidad y la edificación del Cuerpo orgánico de Cristo radica la gloria y la belleza; la excelencia y las virtudes! ¡Dios es glorificado en el Cuerpo de Cristo y mediante el Cuerpo – aquí los santos sirven en armonía, con humildad, aunque nunca en/con el yo, y esto es pura belleza! ¡Esto es lo que el Señor procura – un Cuerpo edificado, una Novia preparada, sin mancha, en la cual hay GLORIA y BELLEZA! ¡Hoy cuando leemos la Palabra y oramos la Palabra con un espíritu abierto somos glorificados para ser la Casa de Su gloria (Is 60:7) y la expresión corporativa del Dios Triuno en unicidad, como la iglesia que somos!
¡Aleluya, nuestro destino es llegar a ser la Nueva Jerusalén, la expresión gloriosa del Dios Triuno – lo más bello del universo! Por supuesto, nuestra belleza no proviene de nosotros mismos; no es nuestro estilo de vida o nuestro comportamiento – ¡la belleza de la Novia es el reflejo, la imagen del Novio! Nosotros simplemente recibimos la impartición del Dios Triuno en nosotros cada día cuando entramos en Su Palabra y Su mismo elemento se deposita en nosotros. ¡Entonces Su elemento en nosotros nos hace gloriosos y bellos! ¡Nuestra gloria NO es nuestros modales, tampoco nuestra belleza propia – nuestra única gloria, nuestra verdadera belleza consiste en reflejar a Cristo como espejos, es el resplandor de Cristo desde nuestro interior! Esto es lo que a todos les encanta ver y lo que Dios quiere – lo que Dios quiere y Cristo valora en la iglesia es – ¡la expresión de Cristo en un grupo de personas edificadas! ¡Nada menos que esto satisfará Su estándar o logrará Su complacencia! ¡No queremos nada menos que esto y no deseamos nada que no sea esto! [Inspirado por el Estudio-vida de Isaías y el Estudio-vida de Efesios, tal como se citan en la Palabra santa para el avivamiento matutino sobre el Estudio de cristalización de Isaías (2). Read this portion in English also via, we are becoming the house of His beauty by receiving His daily dispensing in His Word]
¡Señor, gana aquello que quieres en nosotros! ¡Que estemos abiertos a tu impartición cada día! ¡Queremos entrar en tu Palabra de manera periódica y diligente! ¡Purifícanos y lávanos en Tu Palabra! ¡Purifica nuestro hombre interior! ¡Señor, agrega Tu elemento a nosotros y que te sea posible vivir en nosotros y expresarte a través de nosotros! ¡Oh, Señor, cómo anhelamos vivirte como la realidad del Cuerpo de Cristo! ¡Gana una Novia bella para Tu satisfacción! ¡Glorifícanos, embellécenos, Señor, como la casa de Tu gloria y Tu belleza para que seas glorificado Tú! ¡Purifica la iglesia y santifícala por el lavamiento del agua en la Palabra!
2 thoughts on “Estamos llegando a ser la casa de Su Gloria al recibir Su impartición diaria en Su Palabara”
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