Para que el Señor pudiera llevar a cabo nuestra redención, Él debía encarnarse. Sólo como hombre en la carne podía Él ejecutar nuestra redención jurídica. Sin embargo, ¿por qué simplemente no se encarnó como hombre ya adulto, tomándose algunos años quizás para realizar algunos milagros, para llamar y perfeccionar a Sus discípulos y entonces morir en la cruz? ¿Por qué escogió el camino de estar muy limitado nueve meses en el vientre de María y muy limitado viviendo como un bebé, como un niño pequeño, luego hasta la adolescencia, durante la juventud y finalmente como adulto durante tantos años? No sólo estuvo muy limitado; no sólo vivió una vida humana que expresaba a Dios, de manera perfecta, sin pecados, sino que vivió una vida humana que estuvo llena de sufrimiento, miseria y pobreza. Fue una vida definida por sus carencias, una vida en la cual no hubo satisfacciones humanas.
Isaías 53 nos dice que Él fue una raíz de tierra seca. Un varón de dolores, experimentado en quebranto. Fue menospreciado y nada estimado. Y no sólo eso, sino que físicamente no era nada agraciado. Su cara estaba desfigurada, todos escondían de Él su rostro. Por el estimado de edad hecho por los fariseos al escuchar Sus palabras en el evangelio de Juan podemos inferir que, a pesar de que sólo tenía 30 años, parecía cercano a los cincuenta (Juan 8:57).
Ahora, yo me pregunto: “¿Por qué tuvo que pasar el Señor por esa vida… por qué tuvo que tener un vivir así? Si Él pudo haber logrado nuestra salvación jurídica sin todo esto… ¿Cuál fue el propósito de experimentar una vida tan triste?”
Bueno, esta semana, yo leía el capítulo 2 de la epístola a los hebreos, cuando llegué a estas frases en los versículos 17 y 18: “…debía ser en todo hecho semejante a Sus hermanos para venir a ser misericordioso y fiel Sumo sacerdote en lo que a Dios se refiere… Él mismo padeció siendo tentado, es poderoso para socorrer a los que son tentados.” Inmediatamente recordé esta canción:
Él te comprende bien/ Nada hay que no sepa Él/ Tu problema y debilidad/ No lo niegues jamás/ Él te ayuda, te comprende/ Él es el Espíritu. No lo dejes fuera/ Él ora por ti/ Te apoyará.//Él te consuela y sustentará/ Es tu constante intercesor. / Él gime por ti en tu debilidad/ Con palabras inexpresables de amor. / Él es el Espíritu intercesor. / Él es el Espíritu. No lo olvides/ Quien es maravilloso, / Quien ora por ti. // Cuando de débiles creemos morir, / Alguien dentro de mí/ Da la ayuda precisa para estar en pie, / Somos sostenidos por Él. / Nos dice: “No estéis decepcionados.” / Él conoce tus miedos y fallos; / por ti ora y ha orado/ Como nadie lo podría hacer.
¡Y mi corazón se ha llenado de reconocimiento y apreciación por esta Persona Maravillosa, Estupenda, Gloriosa y Preciosa! ¡Me di cuenta que Él en realidad nos comprende! Cuando nuestras circunstancias son muy duras o cuando fracasamos, e incluso cuando tenemos nuestros momentos más “humanos”, Él sabe. Explico la frase “momentos humanos”. Demasiado frecuentemente en los últimos tiempos yo he visto que yo, en mí misma, soy una asceta. Yo conozco de manera doctrinal que Cristo debe ocupar el primer lugar en mi corazón. También conozco que cuando lo tengo a Él, tengo todo lo necesario, así que cuando me sorprendo deseando, queriendo o necesitando otras cosas, automáticamente caigo en la “autonegación”. Ni siquiera me molesto por consultar al Señor acerca de la razón de mi querer o mi deseo. De cierto modo siento que le estoy fallando al Señor por tener esos deseos, así que los escondo de Él y de mí misma. ¡Alabo al Señor por Su fidelidad hacia mí! ¡Él me ha hecho reconocer que tengo estas necesidades humanas y me ha mostrado que Él comprende estos sentimientos! He sido tan cuidada por la preciosidad de Su humanidad. Qué maravilloso tener un Sumo Sacerdote que se conmueve por nuestras debilidades humanas. Por ello podemos venir a Él con absoluta confianza y llaneza, estando plenamente convencidos de que Él puede suministrarnos y lo hará, frente a cada una de nuestras necesidades. [Por la hermana María C. De lo que más disfrutó durante la semana] [read this portion in English also via, Christ human life qualified Him to be our High Priest – now, He understands us thoroughly!]
¡Señor Jesucristo, qué más podemos decir sino gracias por Tu humanidad Hermosa y fragante! ¡Gracias por venir como un hombre de tantos sufrimientos! ¡Gracias por tener la vida humana que tuviste! ¡Señor, te amamos! ¡Señor Te alabamos por el cuidado tierno, amoroso y de pastoreo que tienes de nosotros! ¡Oh, Señor, eres el más hermoso! ¡Gracias, Señor, por venir como el siervo de Jehová para cuidarnos de manera tan cuidadosa! ¡Señor, necesitamos que nos sirvas con Tu humanidad y en ella! ¡Sírvenos con Tu vida hasta que lleguemos a ser Tu reproducción total y completa; hasta que lleguemos a ser Tu complemento y equivalente, Tu Novia gloriosa!
el proceso que paso es maravilloso! aun en eso podemos ver el gran amor que ha tenido para con nosotros. filipenses 2:7-8 sino que se despojo a Si mismo.tomando forma de esclavo,haciendose semejante a los hombres; y hallado en Su porte exterior como hombre,se humillo a Si mismo.haciendose obediente hasta la muerte,y muerte de cruz.
El LADO humano de Jesus estaba lleno de sufrimiento y a pesar por todo lo que paso, nunca cometio ningun pecado, siempre nos dio amor y mostro su inmenso amor al mandarnos el ESPIRITU SANTO.