¡Aleluya por la muy valiosa y preciosa sangre del Cordero! Esta mañana aumentó mucho mi valoración de la sangre de Cristo Jesús – ¡una sangre eterna (ya que Él se ofreció a Dios mediante el Espíritu eterno), una sangre eficaz, una sangre prevaleciente! Su sangre habla mucho más que la sangre de Abel (la cual clamó desde el suelo por venganza) – ¡Su sangre habla de “perdón” y “purificación”! Cuando el Señor Jesús murió en la cruz, Él cumplió los tipos de todas las ofrendas – Él se ofreció a Dios como sacrificio todo-inclusivo en la cruz para hacer frente a las cosas negativas en el mundo. En la cruz Él derramó Su sangre – la cual es para nuestra redención, para nuestro perdón y para tantas cosas más. A continuación, algunos aspectos que he disfrutado acerca de la sangre derramada por el Señor Jesús en la cruz:
- La sangre de Cristo es para nuestra redención – Estábamos perdidos, bajo la usurpación de Satanás y bajo la ley, pero mediante Su muerte en la cruz y por Su sangre, Cristo nos redimió (nos compró con el precio de Su sangre para la liberación de pertenecerle a Él). Para que esta redención fuera apropiada, Cristo tenía que ser el sacrificio perfecto y suficiente – A través de Su vida y muerte en la tierra Él satisfizo totalmente todos los requisitos justos, santos y gloriosos de Dios. Entonces Él pagó el rescate por nosotros. Él, que era sin pecado y que jamás había cometido siquiera uno, fue hecho pecado por nosotros – para redimirnos de la maldición de la ley y la usurpación de Satanás. Hemos sido redimidos mediante Su sangre.
- La sangre de Cristo es para nuestro perdón – Como Cordero de Dios, Cristo murió por nosotros y derramó Su sangre. Ahora tenemos perdón de pecados en ella. Alguien murió en lugar nuestro y derramó Su sangre para que fuéramos perdonados. Esta es la sangre perfecta del Dios-hombre perfecto, lavando y así eliminando todos nuestros pecados y transgresiones. La sangre de Cristo ha sido aplicada a nosotros no sólo de manera inicial cuando recibimos al Señor, cuando creímos, sino diariamente siempre que venimos a Él y Él brilla en nosotros. De este modo cooperamos con Él y confesamos nuestros pecados – la sangre del señor Jesús quita cualquier pecado y nos purifica (1Jn 1:9).
- La sangre de Cristo es la sangre del pacto – la sangre que puso en vigor y funcionamiento el nuevo pacto. Un pacto es una alianza, un acuerdo entre dos partes. Para decretar, iniciar este pacto nuevo se necesita el derramamiento de sangre. Dios. Cuando Dios puso en vigor el antiguo pacto y bendijo al pueblo de Israel con éste, fue necesario que sobre el altar se derramara la sangre de los sacrificios. En el Nuevo Testamento (documento que especifica los nuevos términos y la nueva herencia) Dios nos entrega y establece un pacto nuevo – Él quiere darnos Su misma Persona a nosotros (todo lo que Él es, todo cuanto ha logrado, todo lo que ha obtenido y todo lo que ha alcanzado – todo) como el contenido, significado y propósito de este pacto. Él quiere darnos un nuevo corazón y un espíritu nuevo para que le busquemos y lo amemos. Cuando el Señor Jesús murió en la cruz, Su sangre puso en vigor este nuevo pacto – ahora podemos acceder a Dios y disfrutarle como la porción asignada a nosotros y nuestro todo. Mediante la sangre del pacto, tenemos el derecho de venir a Cristo, Quien es nuestra porción y tomarlo como nuestra vida, nuestra provisión y nuestro todo. ¡La sangre del pacto nos trae a las bendiciones divinas!
- La sangre de Cristo Jesús nos trae al lugar Santísimo – nos traslada a Dios. En Heb 10:19 dice: “Así que, hermanos, teniendo firme confianza para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesús.” El Lugar Santísimo es donde solamente el Sumo Sacerdote podía entrar en el Antiguo Testamento, y él entraba no “para hacer algo” para Dios, sino solamente para permanecer allí con Dios y ser infundido con Dios. Hoy Dios quiere que entremos completamente en el Lugar Santísimo sobre la sangre de Cristo Jesús – ¡para pasar tiempo con Él en nuestro espíritu mezclado y ser infundido con Dios! La sangre de Cristo Jesús hace que esto sea posible – ¡podemos disfrutar a Dios, podemos contemplar Su belleza y podemos recibir Su infusión! Aquí en el Lugar Santísimo, la sangre es rociada – Dios mira la sangre y es completamente satisfecho. ¡De ese modo Él puede estar con nosotros e infundirnos! Disfrutar a Dios es la manera en la que somos hechos, en la práctica, Dios-hombres, hombres de Dios, hombres con la vida y la naturaleza divinas, que expresan plenamente a Dios, Quien es nuestro brillo y nuestra expresión.
¡Cada día podemos volvernos a Dios y tener comunión con Él – y al venir a la luz, la sangre de Jesucristo nos limpia de todo pecado! También podemos “lavar nuestras túnicas y venir a comer del árbol de la vida” – ¡podemos venir al Señor para disfrutar de todas Sus riquezas! Él es tan rico, tan completo, que lo incluye y cubre absolutamente todo – Él está unido a nosotros en el nuevo pacto y sobre el firme fundamento de la sangre de Cristo, ¡podemos disfrutarle! ¡Podemos ir adelante con audacia hasta el trono de la gracia en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesús! ¡Aleluya, podemos pasar tiempo con Dios para ser infundidos con Él y contemplar Su belleza! [De La palabra santa para el avivamiento matutino sobre el Estudio de cristalización de Isaías (2) y el Estudio-vida de Éxodo, mens. 79, por Witness Lee] [read this portion in English also via, by the blood of Christ we are redeemed, forgiven, and we enjoy God in the Holy of Holies!]
¡Gracias, Señor por Tu preciosa sangre! ¡Hemos sido redimidos por Tu sangre! ¡Ya no estamos bajo la usurpación de Satanás ni bajo la maldición de la ley! ¡Alabado seas, Señor, que nuestros pecados han sido lavados y perdonados por Tu sangre! ¡Qué sangre tan eficaz! ¡Qué sangre tan preciosa! ¡Gracias porque podemos venir a Dios para disfrutarlo por la preciosa sangre de Cristo Jesús! ¡Podemos venir hasta el lugar Santísimo para estar en el mismo corazón de Dios! ¡Gracias, Señor Jesús, por abrir un nuevo camino viviente por Tu sangre!
gracia senor porcuidarme a mi nina.
el no tiene a cristo no sabe lo k se pierde