Previamente hemos visto que Dios odia el comercio puro – a los ojos de Dios el comercio es lo más perverso sobre la faz de la tierra.
Pero además, tenemos que ver, que el comercio no sólo es algo que está fuera de nosotros, sino que es parte de nuestro ser – es algo que está dentro de nosotros! Tal vez externamente no estemos involucrados en el comercio de manera alguna, sin embargo por nuestra misma naturaleza humana caída poseemos “una mente comercial”.
Dios nos salvó por gracia, y Él nos da el reino de Dios como recompensa. El reino de Dios no tiene precio, y no lo podemos comprar con nada. No podemos “comprar nuestra entrada al Reino”, ni podemos obtener una recompensa superior a la de los demás mediante el pago de un precio más alto.
Que el Señor exponga nuestra mente comercial y la desmenuce bajo nuestros pies, que nosotros le amemos a Él hasta lo sumo y le sirvamos, y hagamos todo por Él, única y solamente por causa del amor que brota de nuestro ser por Él!
Señor, Dejamos Todo para Seguirte a Ti: “¿Que Hay Pues Para Nosotros?
Esto es más o menos la pregunta que Pedro le hizo al Señor. En Mateo 19:27 hasta 20:16 vemos a Pedro como nuestro representante expuesto en su mente comercial, y el Señor Jesús dio respuesta a su pregunta con dos ejemplos.
En primer lugar, le hizo mención del hombre rico que quería seguir al Señor y se alejó tristemente cuando el Señor le dijo: Vende todo lo que tienes y sígueme. Pedro le preguntó: Señor, nosotros lo hemos dejado todo – ¿Qué habrá, pues para nosotros (Mateo 19:27)? Es casi como si estuviera diciendo: Señor, hemos hecho una gran inversión aquí – dejamos nuestros barcos de pesca, nuestras familias, lo hemos dejado todo, y te hemos seguido a Ti: ¿Qué obtendremos a cambio?
El Señor le dijo claramente – que él se sentaría con El en el trono en la restauración, y que recibiría mucho más espiritualmente en esta vida, todo esto junto con persecuciones y finalmente el martirio.
Y la segunda parte de la respuesta que le refirió, fue la parábola de un hombre que fue a contratar obreros para trabajar en su viña – al primero le prometió un denario, y para los que contrató más tarde en el día, “lo que sea justo”.
Cuando los que trabajaron bajo el calor del día vieron que a los que vinieron de último se les pago lo mismo que a ellos se les pagaba, no estaban contentos. Pero el dueño le dijo a uno de ellos:
Amigo, no te hago ninguna injusticia. ¿No estabais de acuerdo conmigo en un denario? Toma lo que es tuyo y vete. Quiero dar a este último como te he dado a ti. ¿No me es lícito hacer lo que quiero con lo mío? ¿O tienes tu envidia porque Yo soy bueno?
El Pie de nota 1 en la Versión Recobro dice,
Ésta fue la respuesta enfática que el Señor dio a Pedro, lo cual indica que el Señor le había dado lo que él pensaba que se merecía. Pero el Señor tiene el derecho de dar el mismo salario a los últimos obreros que contrató, según Su propio deseo en conformidad con la gracia y no con las obras. Esto deshizo la mentalidad natural y comercial de Pedro, y corrigió su concepto.
el Reino de dios no tiene Precio – es una Recompensa!
Dios no opera según el principio del comercio. Nosotros podemos suponer que, dado que hemos trabajado más, Él nos recompensará más – pero este tipo de “suposición” y conjetura es una expresión de la mente Satánica en nosotros. No podemos comprar nuestra entrada en el reino, y el pequeño precio que pagamos no es suficiente para comprar la recompensa del reino. El reino no tiene precio – no podemos comprarlo!
Debemos darnos cuenta de que el reino de Dios no está en venta, y el pequeño precio que pagamos por dejar esto o aquello a un lado es el precio por ser liberados de lo que nos enreda. Según Pablo, el precio que pagamos ahora es sólo estiércol, basura, nada.
No piense que su consagración y el renunciar a todo le dará derecho a cualquier cosa en el reino de Dios – no hay precio que podamos pagar para conseguir esto o aquello en el reino! Cuando volvemos la espalda a las cosas que Dios nos pide dejar atrás y cuando lo dejamos todo por el Señor, estas cosas se convierten en estiércol – no son nada (Filipenses 3:8)!
El precio que pagamos al ser uno con el Señor y movernos donde Él quiera que vayamos no es nada – el reino nos será dado como una recompensa! Necesitamos que el Señor exponga nuestra mente comercial y continuamente poner nuestras mentes en las cosas de Dios, para que nuestra mente puede ser renovada!
Al igual que Pedro, todos poseemos una mente Comercial
Pedro nos representa. El obtuvo su mente comercial y manera de pensar en la caída del hombre. Satanás es un hombre de negocios, y cuando el hombre cayó, Satanás infundió su espíritu en el hombre.
Satanás llegó a decirle a Dios, Job te sirve por todo lo que recibe de Ti – déjame tocarlo, y él te maldecirá (Job 2:1-5). Satanás inyectó su mente en nosotros, haciendo que nuestra alma se convirtiese en el yo, y que nuestra mente se llenase de pensamientos relacionados con el dinero, la ganancia y la pérdida, la compra y venta, y de que va a haber para nosotros!
La mente comercial de Pedro fue expuesta en Mateo 16 donde el básicamente, dijo, “No es rentable para Ti, Jesús, ir a la cruz!” Dado a que Pedro no puso su mente en las cosas de Dios, Satanás inyectó su mente en él, y él expresó una mente comercial.
El Señor promete que nos dará el reino de Su gracia como recompensa – no podemos trabajar para ganarlo. No debemos pensar que si nos consagramos al Señor cada vez más, vamos a “ganar el reino”. Este tipo de mente no puede entrar en el reino de Dios.
Necesitamos que el Señor exponga nuestra mente comercial, la rompa, y la ate y al mismo tiempo destruya la mente Satánica detrás de esta! Como cristianos, servimos al Señor para “ganar algo de él”, no “para ser bendecidos por él”, sino porque amamos al Señor! Dado a que amamos al Señor con nuestro mejor amor, hacemos las primeras obras.
En los pueblos, entre las iglesias, le damos al Señor nuestro mejor amor. No nos merecemos nada, no esperamos nada, no suponemos que se nos será dado nada por el Señor a cambio. Simplemente lo amamos. Le servimos simplemente porque lo amamos.
Señor Jesús, ten misericordia de nosotros y líbranos de nuestra mente comercial. Sálvanos de tratar de “comprar nuestra entrada al Reino”. Expón la mente Satánica que está en nuestro ser caído. Señor, sólo te amamos! Queremos amarte con el mejor amor. No nos merecemos nada, y nosotros no queremos hacer nada para “obtener algo de ti”. Señor, Te servimos porque Te amamos. Creemos esto, basado en la clase de persona que Tu eres, Tu nos recompensaras con el reino pronto. Pero, Señor, solamente te amamos! Nos negamos a otras cosas, dejamos de lado otros asuntos, porque Te amamos y Te valoramos a Ti!
Referencias y Lectura Adicional
- Este compartir es inspirado del hermano Ron Kangas en este mensaje y en apartes del Estudio- Vida de Mateo (mensaje. 54), como se cita en La Palabra Santa Para el Avivamiento Matutino de Estudio de Cristalización de Daniel y Zacarías, semana 11 (bajo el titulo, La Maldad e Iniquidad del Comercio en Contraste con el Sentido Divino de Valor en Cuanto a Cristo y la Iglesia).
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- Himnos sobre este tema:
# No hay lengua mortal que pueda describir / La libertad del alma, / Cuando ha pasado más allá de todo soborno terrenal / Al control total de Dios. - # Reino de Dios hoy es un ejercicio real, / Pero cuando Cristo venga a reinar, será un gran recompensa;
- # Ve, trabaja en, gastar y ser degastado, / Tu gozo hacer la voluntad del Padre, / Es la forma en que el Maestro lo hizo; / ¿No debería el siervo recorrer aun?
- # Go, labor on; spend, and be spent; / Thy joy to do the Father’s will; / It is the way the Master went; / Should not the servant tread it still?
- Crédito Fotográfico: Que hay en ello para mí? (aquí) y Mateo 19:27 (NASB aquí).
Este Artículo es una Traducción del Artículo Publicado Originalmente en ingles: Being Exposed of and Delivered from the Commercial Mind, “What’s In It For Me?” en www.agodman.com.