Esta mañana estuve disfrutando Isaías 11:2-5 en el avivamiento matutinos semana 7, correspondiente al estudio de cristalización de Isaías (1), que dice:
2. Y reposará sobre él el Espíritu de Jehová; espíritu de sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y de poder, espíritu de conocimiento y de temor de Jehová.
3. Y le hará entender diligente en el temor de Jehová. No juzgará según la vista de sus ojos, ni argüirá por lo que oigan sus oídos.
4. Sino que juzgará con justicia a los pobres, y argüirá con equidad por los mansos de la tierra; y herirá la tierra con la vara de su boca, y con el espíritu de sus labios matará al impío.
5. Y será la justicia cinto de sus lomos, y la fidelidad ceñidor de su cintura.
Fui particularmente impresionado por el hecho de que Cristo fue lleno del conocimiento y el temor de Jehová. No ha habido otra persona en la historia de la humanidad que conociera a Dios tanto como el Señor Jesús. Tampoco persona alguna en la historia de la humanidad temió a Dios tanto como El. Antes que fuéramos salvos, nosotros no sentíamos ningún temor de Dios y de hecho por nuestra ignorancia no temíamos nada. Sin embargo, desde que fuimos salvos, al venir Cristo adentro de nosotros, comenzamos a ser “espiritualmente educados”. Nosotros ahora nos hallamos en medio del proceso de conocer a Dios. Esto lo hacemos al tener comunión diariamente con el Señor, al entrar en Su Palabra con oración, al tener comunión con otros creyentes de manera periódica y al permanecer en la Palabra de Dios. Al conocer a Dios y amarle más sentimos una clase de temor que es absolutamente saludable y deseable; un temor que nos guarda, nos cuida y nos preserva.
Este temor de Dios no es el miedo supersticioso que la gente siente hacia “el Dios todopoderoso que te castigará si haces algo malo”, sino que es un temor apropiado que proviene del conocimiento correcto y real de Dios mismo. Mientras más conozcamos a una persona, menos haremos aquello que a esa persona no le gusta que hagamos. Mientras más conocemos a Dios, más lo vemos a Él según lo que Él es y hace, y por ende, espontáneamente no haremos y diremos ciertas cosas, y no nos comportaremos de cierto modo. Otros a nuestro alrededor pudieran hacer ciertas cosas e ir a ciertos lugares sin remordimientos y sin que su conciencia les diga nada. Nosotros no podemos ir a ciertos lugares, ni hablar de cierta manera, ni comprar ciertas cosas según la moda de este mundo, ni llevar a cabo ciertas cosas, todo por causa de nuestro temor (respeto) a Dios. De hecho, Su Espíritu de conocimiento y temor está sobre nosotros como permaneció sobre el Señor Jesús. Amamos al Señor, lo respetamos y aprendemos a hacer todas las cosas en armonía con Él, siendo uno con Él. Y todo esto porque amamos y respetamos a Dios y no queremos perder Su presencia, Su sonrisa y Su dulce compañía.
¡Este temor de Jehová nos guarda de manera tan eficaz! Además, es un gran paso hacia la restauración de todas las cosas. Hoy en el mundo no hay temor de Dios y las personas no son conscientes de Dios (esto es parte de la obra del dios de este mundo: mantener a las personas en estado de ceguera). El mundo entero se degrada y desciende a la inmoralidad. No obstante, nosotros estamos siendo restaurados por y para Dios. Estamos siendo restaurados para Su intención, el propósito que tenia Dios cuando creó al hombre, que es recibir a Dios, contener a Dios, ser lleno de Dios y expresar a Dios. En el proceso de ser recobrados, un asunto de gran importancia es el temor correcto y apropiado de Dios, lo cual es un respeto saludable y apropiado a Dios, que proviene de un conocimiento correcto y apropiado de Dios mismo. Tal como vemos en Prov 9:10: El temor de Jehová es el principio de la sabiduría. Mientras más conocemos a Dios, más sentimos hacia Él un temor apropiado, que es un cierto tipo de respeto que nos guarda y nos preserva en una relación apropiada con Él. ¡Señor, recóbranos hacia este respeto santo, reverencia y preocupación por Ti! [read this portion in English via being recovered to having the proper fear and respect for God that comes out of a spiritual knowledge of God]
3 thoughts on “Ser recobrado hacia un temor apropiado y un respeto por Dios que proviene de un conocimiento espiritual de Dios”
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