En nuestro avivamiento matutino en la Palabra santa hemos llegado al Estudio de Cristalización de Génesis (la tercera parte), dirigida principalmente hacia las vidas de Jacob y José.
Jacob fue alguien escogido por Dios desde el vientre de su madre y aunque él era consciente de esto, aún así peleó, engañó e hizo cosas como robar la primogenitura y la bendición a su hermano mayor Esaú.
Dios había previsto que Jacob tuviera la primogenitura, aún él mismo la quería, sin embargo él hizo algo que no era conforme a Dios -él usó sus habilidades naturales: Su fuerza natural y su astucia, para hacerse con la primogenitura. Desde su nacimiento, Jacob fue alguien que asió el tobillo de su hermano, un suplantador, y a lo largo de toda su vida él fue alguien quien actúo con astucia, sagacidad, y habilidad para obtener la primogenitura (aunque su hermano Esaú era mayor que él).
Lo que Jacob quería era lo que Dios se proponía, no obstante, su manera de hacerlo era completamente incorrecta, y esto le dio a Dios la oportunidad para exponer su habilidad natural y su astucia, las cuales no cumplen para nada con el estándar del plan de Dios, no cuentan con la bendición de Dios y necesitan ser cortadas.
Ya que Jacob robó la bendición que su hermano Esaú debió haber recibido de parte de su anciano padre, tuvo que huir de la casa familiar hacia donde vivía su tío Labán con su familia. En Genesis 28 vemos que el llegó a un lugar en el desierto, un sitio inhóspito y en una situación de soledad. Allí, tomó una piedra, la puso como almohada y se quedó dormido.
En la noche tuvo un sueño: Había una escalera en la tierra que alcanzaba hasta los cielos y ángeles de Dios subían y bajaban por ella. En el sueño Dios se le apareció y le hizo una promesa maravillosa relacionada con la tierra, la simiente y cómo él, Jacob, llegaría a ser una bendición para toda la tierra.
Al despertar dijo: Seguramente esta es la casa de Dios; este es un lugar increíble, esta es la puerta a los cielos. Y tomó la piedra-almohada y la erigió como una columna, derramando aceite sobre ella, y llamó Betel a ese lugar.
Jacob, un suplantador y un engañador, fue obligado a huir de la comodidad de su casa y a vagar por el desierto y allí Dios salió a su encuentro y le proporcionó un sueño (enlace) que se convertiría en lo más importante en Génesis y en toda la Biblia.
Llega un momento en nuestra vida personal en el cual nos encontramos en un lugar vacío, desolado y muy alejado de Dios, y allí sale el Señor a nuestro encuentro, contactamos con El personalmente, y se nos da un sueño, una visión espiritual. Dios nos esta esperando a nosotros del mismo modo en que esperaba a Jacob, de la misma manera en que el Señor Jesús esperaba por la mujer pecadora junto al pozo. ¡Él quiere que tengamos un sueño, el sueño de Dios, que llegará a ser nuestro propio sueño.
El sueño de Jacob en Betel era el sueño de Dios – la Casa de Dios
El sueño de Jacob en Betel era el sueño de la meta de Dios, el sueño de Betel, la Casa de Dios (ver Génesis 28:10-22). Este sueño se cumple hoy en la iglesia (1 Timoteo 3:15) y consumará en la Nueva Jerusalén como la morada eterna de Dios con Sus elegidos y redimidos (ver Apocalipsis 21:3, 22).
El sueño de Jacob era un sueño de parte de Dios, un sueño de la meta y la intención de Dios en la eternidad. Lo que Dios sueña es una casa, una morada mutua de Dios y el hombre. Hoy la casa de Dios es la iglesia de Dios y en la eternidad futura esta casa será la Nueva Jerusalén, la morada eterna de Dios con el hombre.
¡En el Antiguo Testamento la casa de Dios era el tabernáculo y luego el Templo, pero hoy la casa de Dios es la iglesia como el lugar donde Dios mora! ¡Debemos ver este sueño para que llegue a ser nuestro sueño! Hoy nos encontramos en el cumplimiento parcial del sueño de Jacob, la iglesia como morada de Dios, Su satisfacción y descanso, la mezcla de Dios y el hombre.
¡Dios tuvo un sueño, obtener la Nueva Jerusalén, una ciudad edificada como la consumación de Su economía! Este edificio es la edificación de Dios en el hombre y del hombre en Dios! La edificación de Dios es un Dios-hombre, un edificio en el cual Dios es la morada del hombre (Salmos 90:1; 91:1, 9) y el hombre es la morada de Dios (Isaías 66:1-2; 57:15; Juan 14:20, 23; 15:5; Apocalipsis 21:3, 22). ¡Maravilloso!
El sueño de Dios es tener un hogar, una edificación, una morada mutua y corporativa de Dios y el hombre. Este no es un edificio físico o material, sino Dios edificado dentro del hombre y el hombre edificado dentro de Dios, un proceso de edificación mutua que resulta en una morada mutua en la cual Dios llega a ser el hogar del hombre y el hombre el hogar de Dios.
La Biblia entera habla del pensamiento y el deseo de Dios de hacer de nosotros Su hogar (enlace) y convertirse en nuestro hogar. En la ultima y consumada escena en la Nueva Jerusalén, Dios obtendrá la consumación de Su sueño, un edificio y composición universal de Dios y el hombre mezclados, compenetrados, e incorporados de manera plena!
¡Nuestro sueño como creyentes en Cristo también es llegar a ser la morada de Dios, es decir, llegar a ser la Nueva Jerusalén como la consumación de la economía de Dios! Tenemos un sueño. Nuestro sueño es el sueño de Dios, el cual también es el sueño de Jacob. Nuestro sueño es llegar a ser la Nueva Jerusalén como la consumación de la economía de Dios.
¡Que lleguemos a tener este sueño a medida en que vamos siendo infundidos con el sueño de Dios revelado en Su Palabra palabra santa, y que nunca despertemos de este sueño!
¡Algo imposible y maravilloso nos ocurre: Dios es nuestro hogar y nosotros llegamos Su hogar!
El principio rector de un sueño consiste en que algo maravilloso e imposible nos ocurre. Cada visión espiritual es un sueño, y cada experiencia espiritual es un sueño.
Nunca llegamos a soñar que creeríamos y disfrutaríamos del Señor. Pensábamos que era imposible creer en alguien a quien no podíamos ver, pero increíble como pueda parecer, algo aparentemente imposible nos sucedió: tuvimos un sueño! ¡Hoy vivimos un sueño! ¡Con Dios nada es demasiado maravilloso, y Él desea hacer cosas maravillosas por nosotros en este sueño celestial!
Cada visión celestial y cada experiencia espiritual es un sueño, algo imposible y difícil de experimentar, y aún así lo vemos, entramos en el y lo hacemos nuestro.
Al igual que Jacob, llegamos a un lugar árido y solitario sin nada exterior en lo cual confiar y, en ese mismo instante, tuvimos un sueño. Cuando fuimos salvos, fue como un sueño. El día que tocamos la vida de iglesia en el recobro del Señor fue como un sueño.
En los últimos días los jóvenes tendrán visiones y los ancianos tendrán sueños (Joel 2:28; Hechos 2:17). En un sentido muy real, hoy somos el pueblo de las visiones y los sueños. ¡Mientras más sueños tengamos, mejor! ¡Necesitamos tener sueños cada día en nuestra vida espiritual! ¡Necesitamos experimentar algo nuevo y maravilloso de Cristo cada día de nuestra vida!
Este sueño no es una especie de alucinación sino que es nuestra entrada en algo que ya existe en la realidad espiritual pero que apenas ahora podemos ver. El apóstol Juan tuvo muchos sueños en le libro de Apocalipsis. ¡Él vio muchas realidades espirituales que ya existían, y él las soñó!
Los ateos podrán decir que Dios no existe, sin embargo en cuanto ven a Dios, creen en Él y lo aman. Dios existe, sólo que ellos no lo han visto todavía. Hay muchos aspectos maravillosos de Cristo y de la Casa de Dios que existen en la realidad espiritual. ¡Nosotros nos encontramos en medio del proceso de soñarlos (enlace) y entrar en ellos!
Toda nuestra vida cristiana es una vida de sueño tras sueño, experiencia tras experiencia de Cristo, y la mayoría de estas visiones celestiales vienen a nosotros en tiempos de sufrimientos, cuando somos separados de aquello que pertenece al hombre y ponemos nuestra confianza en lo que es de Dios (tal como vemos en Génesis 28:10-12).
Si Jacob se hubiera quedado en casa, probablemente no habría tenido el sueño de Betel. Él tuvo que salir, vagar por el desierto, sufrir soledad extrema, y ser abandonado por todos; fue entonces, cuando ya no había nada externo en lo cual el podia confiar que Dios se le apareció.
Cuando nos apartamos de tantas cosas, estamos lejos de las distracciones y preocupaciones diarias, a veces aun siendo obligados a huir a tal lugar, veremos un sueño: ¡Dios está allí! El centro de cada sueño espiritual es Cristo mismo como la escalera, Aquel que trae el cielo a la tierra y une la tierra con el cielo (ver Juan 1:51).
Cada verdadero sueño espiritual tiene a Cristo como el centro y nos acerca mas a Dios. La experiencia apropiada en nuestra vida es tener un sueño de Cristo como la escalera puesta en tierra la cual nos lleva hacia el cielo, uniendo el cielo con la tierra. ¡Aleluya!
“¡Señor Jesús, concédenos un cielo claro y despejado para ver a Cristo, la escalera celestial, la cual une la tierra con el cielo y trae los cielos a la tierra. Señor, nosotros creemos que somos el cumplimiento de ese sueño. Llévanos a tener un sueño aún más profundo para ver más visiones de Ti. Señor, condúcenos en espíritu para ver algo que aún no hemos visto. Causa que podamos ver de una manera clara el sueño de Betel! Señor, nos gusta soñar el sueño de Tu predestinación, promesa, transformación, madurez, el reinar contigo, y todas Tus bendiciones celestiales en la iglesia hoy! Haznos soñadores, aquellos que ven el sueño de Dios y son introducidos en el sueño de Dios hasta llegar a ser el cumplimiento de Su sueño hoy!”
Read the full article in English “Jacob’s Dream at Bethel was a Dream of God’s Goal, the Dream of the House of God” on “A Normal Believer in Christ“
Referencias e himnos:
- Inspiración: La Palabra de Dios, mi experiencia cristiana, el hermano Minoru Chen y su compartir en el mensaje correspondiente a esta semana, y las porciones del Estudio- vida de Génesis, mensaje 68, tal como están citadas en La palabra santa para el avivamiento matutino de Cristalización de Génesis (3), semana 1, mensaje 1, El sueño de Betel (usted puede comprar el libro del avivamiento esta semana aquí o aquí).
- Hymns on this topic:
# God has a dream, this is what He’s wanting. / God has a dream, and we are part of it. / God has a dream…that we may be one with Him. / God has a dream…realized in you and me! / God, you and me…a dwelling place to be. / God in man, and man in God: one entity. / Now, it’s my dream…my vision and life to be! / God has a dream…realised in you and me! (Song on God’s Dream)
# My words cannot express… / Dear Lord, You’re just the best! / Lovely Jesus, precious Jesus. / No other one will do, / My Love, I just want You. / Lovely Jesus, precious Jesus. / He’s far beyond your dreams, / Heaven and everything. / Lovely Jesus, precious Jesus! / He’s far beyond your dreams, / Surpassing everything. / Lovely Jesus, precious Jesus! (Song on Being Saved: what a Dream!)
# Never did I dream before, / Such a place could e’er be found, / Where the tears of sorrow cease, / Songs of endless joy abound. / One who seldom ever sang, / Now delights his voice to raise; / Singing hymns with all the saints, / Echoing the ceaseless praise. (Hymns #1238)
Gracias Señor que Tu me has visitado en el momento y lugar mas apropiado en mi vida cuando me hallaba vacío, desolado y muy alejado de Dios. Gracias Señor por salir a mi encuentro, gracias Padre por contactarme personalmente. Gracias Señor por ESPERARME de la misma manera en que esperaste a Jacob, y a la mujer pecadora junto al pozo. Te AMO Señor por hacerme participe de Tu sueño, Tu visión espiritual.
Gracias Señor por tu visitación que nos trae de vuelta a casa. Gracias Señor que tomaste la iniciativa de buscarnos y hallarnos.
Gracias hermano Francisco por tu comentario.